viernes, 10 de diciembre de 2010

soluciones del sector público para resolver las externalidades (1ª parte: soluciones basadas en el mercado)

Las posibles soluciones adoptadas por el Estado para resolver las externalidades, las podemos clasificar en dos bloques; por un lado las soluciones basadas en el mercado y, por otro, las basadas en la regulación directa. En esta entrada hablaré de las primeras.
El primer tipo de soluciones trata de influir en los incentivos para conseguir unos resultados económicamente más eficientes. Ejemplo: imponer multas a las empresas que contaminan para hacerlas ver los verdaderos costes sociales que conlleva dicha contaminación. Mientras que, el Estado, ha utilizado el segundo tipo de soluciones (regularización) para limitar las externalidades. Ejemplo: los niveles obligatorios de emisiones de los automóviles.
Antes de analizar estas soluciones, hay que tener siempre presente la premisa de que nunca debemos permitir que una persona o empresa pueda imponer una externalidad a otras. Pero todas las externalidades tienen un coste finito, es decir, la parte perjudicada siempre estará dispuesta a asumir dicha externalidad, siempre que se le compense económicamente por ello, dicha compensación, como es lógico, debe ser aquella cantidad mediante la cual la parte perjudicada esté percibiendo que se beneficia de esta situación, o que por lo menos no tiene pérdidas por ello. Por lo que es preciso comparar los costes y los beneficios del control de la contaminación, al igual que la comparación de de los costes y beneficios de cualquier actividad económica.
El problema no es que exista una externalidad (ya que incluso existe un nivel óptimo de externalidad), sino que las empresas no tienen en cuenta los costes sociales que imponen esas externalidades, por lo que es probable que exista un nivel excesivo de externalidades. La misión del Estado es lograr que este nivel sea socialmente eficiente, influir en las personas para que tengan constancia del efecto que tienen sus acciones sobre los demás.
Una vez aclarada esta situación procederé a explicar las soluciones públicas
Soluciones basadas en el mercado:
Las soluciones basadas en el mercado para resolver las externalidades del medio ambiente son de tres tipos: multas e impuestos, subvenciones para la reducción de la contaminación y permisos transferibles.
Multas e impuestos: es la solución más sencilla, se trata de cobrar tasas o impuestos en proporción a la cantidad de contaminación emitida. Siempre que existe una externalidad hay una diferencia entre el coste social y el privado, y el beneficio social y privado.  Este método, hace que las empresas o los individuos perciban los verdaderos costes y beneficios que conllevan dichas externalidades. Este tipo de multas reciben el nombre de impuestos correctores o impuestos pigouvianos. Como hemos visto anteriormente, a una empresa que produce una externalidad negativa, le preocupan sus costes privados, no los costes sociales que genere dicha actividad, por lo que la externalidad puede resultar excesiva. Si a esta empresa el Estado le cobra una cantidad igual al coste marginal de la externalidad, igualaríamos los costes privados marginales a los costes sociales marginales.
Las empresas pueden reducir la contaminación produciendo menos o cambiando el  método de producción. Si toma la segunda opción puede suponer unos costes directos asignados al control de la contaminación o a la alteración del proceso de producción. La imposición de multas garantiza que las empresas reducirán su contaminación con la medida menos costosa.
Hay que tener en cuenta que, el coste marginal de controlar la contaminación es creciente, puesto que cada vez es más difícil reducir un poco más la contaminación que se emite.
Este impuesto no genera una pérdida en la eficiencia de los mercados, dado que internaliza los costos de la externalidad a los productores o consumidores, en vez de modificarlos.
Muchos países han adoptado estos impuestos como forma de solucionar los denominados fallos de mercados, como por ejemplo la contaminación (como el impuesto sobre el carbono), o el problema del tabaco. También existen otros métodos de solución a los fallos de mercados: los bonos y/o permisos transables muchos estados han complementado los impuestos con estos otros métodos.
en la imagen anterior se muestra la representación gráfica del efecto de un impuesto pigouviano donde el:
1- representa la demanda después de impuesto
2- representa la demanda antes de impuesto
3- representa al costo privado (oferta)
4 -representa al costo social (= costo privado + externalidad)(oferta)
5- representa la cantidad consumida final
6- representa la cantidad consumida sin impuesto
7- representa el precio inicial
8- representa el precio final

Subvenciones para la reducción de la contaminación.
Puesto que es poco probable que un fabricante se beneficie directamente de una reducción de la contaminación que emite, si no se imponen multas por contaminación, este fabricante tendrá pocos incentivos para reducir el problema, ya que generará un coste directo.
Por este motivo, el Estado, en vez de gravar la contaminación, puede subvencionar al empresario los métodos para reducirla, esta subvención debería ser la diferencia entre el beneficio social marginal de la reducción de la contaminación y el beneficio marginal privado, lográndose de este modo un nivel óptimo de gasto en reducirla.
Como podemos comprobar, en el siguiente enlace, es una medida que se lleva a cabo en nuestro pais. Se trata de una noticia de A Coruña.http://www.laopinioncoruna.es/galicia/2009/12/29/subvenciones-reducir-contaminacion/346664.html. y en http://my.opera.com/ruido/blog/show.dml/490440 podemos ver que la conserjería del medio ambiente ha convocado la concesión de ayudas para reducir la contaminación atmosférica.

Sin embargo este método no logra una asignación eficiente de recursos, puesto que  los costes sociales marginales totales de la producción engloban también los costes de las subvenciones del Estado para reducir la contaminación, ya que las empresas no tienen en cuenta esta subvención cuando asignan el nivel eficiente de producción, haciendo que los costes sociales marginales de producción se vean reducidos al igual que los costes privados, lo que hace que la producción determinada sea excesiva. La subvención genera dos efectos:
-          Hay menos contaminación
-          Y aunque esta subvención requiere un coste, hace que los beneficios generados por la reducción de la contaminación sean superiores a este coste, por lo que el nivel de producción con la subvención es mayor que el nivel de producción cuando las empresas no tienen incentivos para reducir la contaminación.

Este método es preferido por las empresas puesto que generan un mayor beneficio que el sistema de multas e impuestos puesto que este último hace que se reduzca la producción, aumente el precio del producto y los consumidores de dicho producto resultaran perjudicados. Cosa que no ocurre a través del sistema de subvenciones.


Permisos transferibles.
Los permisos transferibles limitan la cantidad de contaminación que puede emitir cada empresa. La empresa obtiene un permiso a través del cual puede contaminar un determinado número de unidades contaminantes. Como al Estado lo que le interesa es reducir la contaminación total, permite que las empresas intercambien estos permisos. Una empresa que contamine menos de lo que se le permite puede vender las unidades sobrantes a otra empresa que desee aumentar su producción, lo cual, conducirá a un aumento de su nivel de contaminación.
Las empresas están dispuestas a vender sus permisos siempre que el precio que obtengan por ello sea mayor al coste marginal de reducir su contaminación, y por lo tanto, estará dispuesta a comprarlos en la medida de que el coste marginal de reducir  su contaminación sea mayor al precio del mercado de permiso. Lo que supone que las empresas reducirán su contaminación, hasta el punto en el que el coste de reducirla sea igual al precio del permiso.
La ventaja de esta medida frente a las multas es que con las multas el Estado puede no estar seguro de los niveles de emisión que decidirán tener las empresas, y aunque aumente el precio de las multas para reducir estos niveles, encontrar el precio correcto de esta medida puede que lleve mucho tiempo, mientras que a través de los permisos transferibles, sabiendo cuánto quiere reducir el Estado la contaminación, no correrá el riesgo de que la contaminación sea excesiva.
Los permisos transferibles plantean dos problemas:
-          Los permisos transferibles tienen difíciles problemas para asignar los permisos inicialmente (¿cómo reparto los derechos a contaminar?)
-          Los problemas son mayores si los costes de contaminación dependen de dónde se produzca
No solo las empresas pueden negociar sus permisos, sino que a nivel global, los diferentes paises pueden negociar los permisos que tienen de contaminar, impuestos por los pactos mediambientales, en el siguiente enlace se explica esta parte:

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